En general la maduración avanzó lentamente aunque la vendimia comenzó y culminó en fechas normales, 30 de enero y 24 de marzo respectivamente. En términos generales fue una vendimia con un volumen de producción normal, donde las uvas tuvieron bajas concentraciones de azúcar, con delicados perfiles aromáticos, destacando algunas variedades adaptadas a este tipo de clima como los Tannat.
Luego de un invierno algo más seco de lo normal, con un 18 % menos de lluvias y temperaturas medias mínimas muy bajas, principalmente en el mes de julio, comenzó una primavera húmeda y cálida, con precipitaciones puntualmente concentradas en los meses de setiembre y octubre, lo que incentivó un desarrollo vegetativo importante sin la necesidad de riegos. Si bien las temperaturas mínimas medias primaverales fueron casi dos grados superiores a lo normal, tuvimos un evento de helada puntual de intensidad media que afectó algunos viñedos al sur del país. El verano comenzó con precipitaciones regulares, las cuales se intensificaron en la primer quincena de febrero finalizando con un período seco, soleado y con bajas temperaturas que permitió alcanzar excelente madurez polifenólica en algunos Tannat. En general la maduración avanzó lentamente aunque la vendimia comenzó y culminó en fechas normales, 30 de enero y 24 de marzo respectivamente. En términos generales fue una vendimia con un volumen de producción normal, donde las uvas tuvieron bajas concentraciones de azúcar, con delicados perfiles aromáticos, destacando algunas variedades adaptadas a este tipo de clima como los Tannat.