La madurez fue lenta pero se completó satisfactoriamente, destacando en términos generales una gran intensidad aromática y grados alcohólicos menores a lo normal. La cosecha fue 24% superior a la del 2010, comenzando el 1 de febrero con los Sauvignon Blanc y culminando el 28 de marzo con un Tannat de suelos pedregosos.

Luego de un verano y otoño 2011 muy secos, el invierno transcurrió con lluvias que duplicaron los registros normales, permitiendo que al comienzo de la primavera el nivel de reserva hídrica de los suelos sea el habitual. Hasta mitad de la primavera el desarrollo vegetativo fue vigoroso, a partir de ese monto la tasa de crecimiento se redujo por las escasas precipitaciones, la cuales fueron 26% menores al promedio de los últimos 20 años en el período setiembre-diciembre. En viñedos sobre suelos con poca capacidad de retener agua, a partir de noviembre fue necesario regar. La restricción hídrica y elevadas temperaturas continuaron hasta el comienzo de la cosecha. En el período enero-marzo las lluvias fueron 13% superiores a lo normal, con una concentración de eventos en la segunda mitad de febrero. La madurez fue lenta pero se completó satisfactoriamente, destacando en términos generales una gran intensidad aromática y grados alcohólicos menores a lo normal. La cosecha fue 24% superior a la del 2010, comenzando el 1 de febrero con los Sauvignon Blanc y culminando el 28 de marzo con un Tannat de suelos pedregosos.